El yoga curó mi crohn
Los expertos recomiendan 30 minutos de ejercicio moderado al 60% de la frecuencia cardiaca máxima, de tres a cinco días por semana. También recomiendan el entrenamiento de resistencia de dos a tres veces por semana por su impacto en la densidad mineral ósea. Algunos estudios de investigación sugieren que este nivel de actividad puede disminuir el riesgo de enfermedad activa.
Los ejercicios de flexibilidad ayudan a aumentar la elasticidad de los músculos. Incluyen estiramientos y ejercicios de amplitud de movimiento que mejoran el movimiento de las articulaciones. Algunos ejemplos son los estiramientos y el yoga.
Los resultados de los estudios de investigación muestran que el yoga puede mejorar la calidad de vida y la actividad de la enfermedad (inflamación) en personas con EII. En la actualidad, las pruebas de investigación para determinar si el yoga mejora los síntomas asociados a la enfermedad de Crohn o la colitis son limitadas.
Los ejercicios de fuerza ayudan a aumentar la capacidad muscular, de modo que puedan proporcionar apoyo y estabilidad a las articulaciones. Por ejemplo, levantar pesas o utilizar el peso corporal en ejercicios como sentadillas, flexiones y abdominales.
¿Qué yoga para la inflamación de estómago?
Pawanmuktasana, también conocida como la postura de la liberación del viento o la postura de la liberación del gas. Pawanmuktasana, como su nombre indica, deriva de dos palabras: «Pawan», que significa viento o gas, y «Mukta», que significa liberación o alivio. Esta asana ayuda a liberar los gases del estómago. Los gases suelen producirse debido a la indigestión alimentaria.
¿El ejercicio reduce la inflamación intestinal?
Ejercicios de resistencia (aeróbicos)
Se ha demostrado que el entrenamiento en cinta de correr tiene efectos antiinflamatorios en el colon inflamado. Una hora en la cinta de correr fue bien tolerada por los pacientes con EII. Otro estudio descubrió que correr tres veces por semana era bien tolerado en pacientes con EII de leve a moderada.
¿Se puede curar la EII con yoga?
La terapia de yoga para la EII ayuda a reducir los síntomas, prevenir la inflamación intestinal y mantener la mente libre de estrés. La práctica de kriyas como uddiyana bandha y nauli mantiene el cuerpo ligero y el sistema digestivo libre. Las posturas supinas fortalecen los órganos abdominales.
Yoga para la colitis ulcerosa youtube
Pero para las personas con enfermedades digestivas como la enfermedad de Crohn, el yoga puede tener otro beneficio. Hay algunas posturas de yoga sencillas y ejercicios de respiración diseñados para ayudar a superar algunos de los síntomas de la enfermedad de Crohn y la colitis, al tiempo que mejora la salud digestiva en general.
Somos conscientes de que puede que seas nuevo en esto del yoga. Si es así, no pasa nada por empezar despacio. Algunas secuencias de yoga pueden durar 45 minutos, pero está bien empezar con una práctica de 20 minutos. Necesitarás una esterilla de yoga resistente (y no una esterilla cualquiera, sino una diseñada para el yoga).
Empieza tumbado boca abajo, con las manos a los lados. Mantén los pies juntos y la barbilla apoyada en el suelo. Respira hondo y levanta la barbilla, la cabeza, los hombros y el pecho del suelo.
Siéntate en la esterilla con las piernas estiradas hacia delante. Inhala profundamente, levanta los brazos por encima de la cabeza e inclínate lentamente hacia delante mientras exhalas, estirando la espalda e intentando sujetar los pies con las manos.
Mantén la cabeza agachada, aguantando la postura durante 20-30 segundos. Puedes mantener una toalla enrollada bajo las rodillas para aliviar la tensión. Vuelva a la posición inicial mientras inhala. Repite este ejercicio hasta completar tres rondas.
Mudra para la enfermedad de Crohn
La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es una enfermedad crónica caracterizada por una inflamación macroscópica del tracto gastrointestinal que puede provocar síntomas como dolor abdominal, calambres, diarrea y heces sanguinolentas. Se cree que la EII está influida por factores psicológicos como el estrés y la ansiedad. Por lo tanto, una intervención de yoga que reduzca el estrés y la ansiedad puede ser un tratamiento complementario eficaz para estos trastornos.
Se incluyó en el estudio a un total de 100 pacientes con EII [colitis ulcerosa (CU) n = 60 y enfermedad de Crohn (EC) n = 40] durante la fase de remisión clínica de la enfermedad. Estos pacientes fueron asignados aleatoriamente al grupo de yoga que se sometió a una intervención de yoga de 8 semanas (posturas físicas, pranayama y meditación) 1 hora/día además de la terapia médica estándar (CU, n = 30; EC, n = 20) o al grupo de control (CU, n = 30; EC n = 20), que continuó únicamente con la terapia médica estándar. Las principales medidas de resultado fueron las funciones autonómicas cardiovasculares, la proteína catiónica eosinofílica sérica, los receptores solubles de interleucina 2, las puntuaciones del Inventario de Ansiedad Rasgo Estatal de Speilberger (STAI) y los síntomas clínicos.
Yoga para la inflamación intestinal
Aunque se deba a esa deliciosa porción de pizza, al picoteo nocturno de Netflix o a la irresistiblemente rica mousse de chocolate, la hinchazón y la indigestión nunca sientan bien. Y los problemas digestivos pueden convertirse en afecciones crónicas, como el síndrome inflamatorio intestinal y la enfermedad de Crohn, que pueden ser graves y debilitantes.
«Me diagnosticaron colitis ulcerosa a los 20 años», dice Govind Das, músico de Kirtan y propietario de Bhakti Yoga Shala en Santa Mónica. «Después de meses de enfermedad paralizante y de pasar ocho días en el hospital recibiendo transfusiones de sangre, me dijeron que estaría medicado para controlar mi enfermedad inflamatoria intestinal el resto de mi vida».
Aunque los expertos médicos se abstienen de sugerir que el yoga «exprime» los órganos digestivos -algo que oímos a menudo en las clases de yoga-, hay pruebas de que las posturas de yoga tonifican el nervio vago (VN), que comunica información entre el intestino y el cerebro. El bajo tono del nervio vago se ha relacionado con trastornos gastrointestinales.
Según un estudio publicado en Frontiers in Neuroscience, «el estrés inhibe el nervio vago y tiene efectos nocivos en el tracto gastrointestinal». Los investigadores creen que estimular las propiedades antiinflamatorias del nervio vago podría ayudar a restablecer el equilibrio en el eje intestino/cerebro. Esto podría ser beneficioso para las personas diagnosticadas de afecciones digestivas.